martes, 18 de octubre de 2016

La madriguera del conejo

Buceando por la calle del Pez he encontrado algo fuera de lo común. A simple vista es una librería corriente, pero ya desde fuera hay algo que te invita a entrar.
Una vez dentro te envuelven montañas de libros y una animada música proveniente de un viejo tocadiscos. Al adentrarte descubres dos escaleras: unas que suben y otras que bajan.
Primero tomé las que bajaban y debí caer por la madriguera del conejo. Los libros iban desde el suelo hasta el techo, trepando por las paredes como una enredadera, distintos pasadizos aparecían ante mí: uno me condice a una bodega aparentemente normal, salvo por el hecho de que en lugar de almacenar vino contenía más libros; el siguiente me condujo a un conjunto de cuevas y recovecos que parecían ser el escondite de algún niño perdido: dibujos colgados de las paredes, una tienda india llena de peluches y cojines... Por último un espacioso salón te invitaba a coger un café y perderte en su aroma y en la música de murmullos.
Tras salir de la madriguera tomé las escaleras ascendentes que me llevaron a una terraza parisina a la orilla del Sena. Quizá la terraza, ni tan siquiera fuese una terraza, solo un balcón que se asoma a la planta principal con un mesa y un par de sillas, quizá no salga de Madrid, pero la sensación es la de volar fuera de allí.
Una vez regresado de Francia, deseosa de hallar más rincones de fantasía, dos paredes cubiertas por completo de hiedra prometen llevarte al jardín más bonito que existe, aunque al final resultaron ser los baños.
Tristemente, abandoné este paraje sin libro alguno, sin embargo sí me llevé la sensación de haber descubierto un lugar al que volver y escapar.
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lunes, 17 de octubre de 2016

Campus 89

¡Feliz lunes! (Broma, los lunes no son felices jejeje). Hoy vengo a hablaros de algo muy especial y de lo que me siento muy orgullosa, pero antes un inciso: ¡Ya no soy novata! El pasado sábado tuvimos la fiesta del novato y creo que después de este mes y medio se han forjado grandes relaciones de amistad.
Ahora sí, el tema de hoy es Campus 89, una asociación universitaria que con el apoyo de UNICEF lucha por la infancia. "¿Cómo?" os preguntareis, pues este grupo propone y lleva acabo distintas actividades tanto para recaudar dinero como de contacto directo con las personas a quien se quiere ayudar o concienciar. Relacionado con esto último, se realizan visitas a distintos colegios dando charlas y organizando actividades en los mismos. 
Me uní a esta asociación el primer día de clase, ya que en la presentación de la carrera nos la dieron a conocer y me resultó muy interesante y atrayente, y he de decir que ha superado con creces mis expectativas, puesto que además es altamente gratificante y se conocen personas maravillosas. Las dos actividades en las que he tomado parte han sido Los "globazos justicieros" que tuvieron lugar en el parque de El Retiro y se ofrecía lanzar globos de agua a los componentes de Campus que representaban dificultades y aspectos negativos que afectan a los inmigrantes (mafias, sufrimiento, cierre de fronteras...) a cambio de un donativo. Todo lo recaudado (¡cerca de 1.000€!) se destinó a los mismos. La segunda actividad fue el "pintacaras" solidario, en el que los participantes pintaban las caras a los niños que quisieran por una donación voluntaria, queriendo contribuir a las ayudas que se le está prestando a Haití tras el devastador tornado que arrasó el país.
Lo que más me gusta de pertenecer a Campus 89 es sin duda el positivismo y el buen rollo con el que se afrontan todas las actividades, en las que los que participamos lo terminamos pasando mejor que los peques incluso.

Esto es todo de momento, aquí abajo os dejo, tanto una foto de la fiesta del novato, como fotos y vídeos de las actividades de Campus 89 y quisiera recordar que con la ayuda de todos podemos cambiar el mundo y asegurar una infancia digna y feliz para todos los niños, ¡no podemos parar ahora!
El metro más elegante de todo Madrid.


"Globazos" justicieros





miércoles, 12 de octubre de 2016

Música de lluvia

Buenas y lluviosas tardes a todos. Hoy en Madrid ha sido un día de pijama, cama y libro, salvo para aquellos valientes que han salido a la calle a ver el desfile del Día de la Hispanidad, ¡con la que estaba cayendo!
Por mi parte quería contaros qué hago yo en días como estos: he empezado un libro del que ya llevo la mitad y quería recomendarlo porque es divertido, ameno y bastante entretenido. Se llama No culpes al karma de lo que te pase por gilipollas. Está ambientado en Malasaña (¡mi barrio!) y siendo sincera es adictivo. A ver, ¿qué más? ¡ahh! Un café calentito a media tarde escondidita en la esquina de la cama o compartido con mis compañeras me relaja más de lo que podría acelerarme la cafeína del mismo. Todo esto amenizado con una de mis canciones favoritas de fondo, Je veux de Zaz (https://www.youtube.com/watch?v=Tm88QAI8I5A), que le da un toque bohemio y se mezcla con la percusión de la lluvia. Y por último, este tipo de días son ideales para dar rienda suelta a la imaginación y escribir un poquito.
Esto es todo por hoy, espero que hayáis pasado un buen "domingo" entre semana, mucho ánimo para lo que queda semana, que ya no es nada lo que queda para el viernes.

jueves, 6 de octubre de 2016

Novatadas II

¡Buenas tardes! Sé que llevo un tiempecito desaparecida pero realmente no paro últimamente. Hoy vengo a hablaros, otra vez, de las novatadas. Después de casi un mes, la semana que viene concluimos este periodo y ha sido mucho más entretenido de lo que me esperaba. Voy a contaros un poquito qué hemos tenido que hacer en este tiempo: lo más común es quitar mesas, pelar fruta, ir a por cafés, hacer tés (sí, nos van a convalidar hostelería), también damos masajes, deshacemos maletas... Recaderos al fin y al cabo. De vez en cuando tenemos terremoto (por el nombre podéis imaginar cómo queda por donde pasa) y ya lo último es la duchita.
Una vez a la semana tenemos novatadas oficiales, en las que nos vamos a un parque a guarrearnos, básicamente. Volvemos cubiertos de harina, ketchup, tinta de calamar, vino, huevos...(este último muy bueno para el pelo) y habiendo jugado a todo tipo de juegos, la verdad es que nos divertimos mucho y después el metro se convierte en nuestro karaoke particular.
Además, tenemos que darles las gracias a nuestros queridos veteranos por preocuparse tanto por nuestra forma física y hacernos subir las escaleras normales del metro y mandarnos sentadillas, abdominales, flexiones...
Pero ante todo, reina el buen rollo, ya sea entre novatos, que nos hemos unido mucho en poquito tiempo; como con los veteranos, con quien cada vez hay más confianza y se comparten más risas y buenos ratos.
Para finalizar, estamos trabajando en una cosita que me hace mucha ilusión, pero aún no diré nada. Si sale bien prometo subirlo al blog.
Y ya con esto me despido por hoy. El viernes que viene terminamos las novatadas y, aunque por una parte nos dé pena, no podemos esperar a que llegue el día de veteranadas.✊🏼