Escondido de la ciudad, acoge a una gran variedad de flora y fauna que permite retomar el contacto con la parte más natural del mundo.
Sus amplios espacios de umbría recuerdan a los versos del poeta "verde prado, de fresca sombra lleno" y la visita de alegres patos otros pajarillos amenizan y divierten a los visitantes.
Sirena custodiando libreta. |
Pintorescos cafés y restaurantes se encuentran repartidos por todo el parque, incluso se dice que la mejor tarta de chocolate se puede encontrar allí. Los dulces y aperitivos suelen ir aderezados con suaves melodías de saxo y violín que deleitan el oído.
Siendo este un lugar tan amplio hay espacio para todo: pasear, tomar el sol, hacer ejercicio... Pero en mi opinión es el lugar idóneo para leer o escribir.
Hablando de leer, no dejéis de visitar su magnífica biblioteca que cuenta como filmoteca, hemeroteca, sala de lectura para los más pequeños, etc. Además acoge ahora un exposición sobre Cervantes y su obra y su estructura de cristal permite disfrutar del verde paisaje.
Advertencia: el parque es bastante grande, por lo que no es difícil perderse, pero dudo que haya mejor sitio para encontrarse.
Perderse para encontrarse. |
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